A diferencia de otras instalaciones de agua que funcionan de forma constante, los Sistemas contra Incendios tienen la particularidad de permanecer sin actividad durante la mayor parte del tiempo, por lo cual tanto los controles e inspecciones regulares como el mantenimiento general adquieren máxima relevancia.
Ciertamente, los Sistemas contra Incendios sólo pueden considerarse útiles y operativos mientras estén en condiciones de responder ante un caso de emergencia por fuego. Esto significa, básicamente, que deben ser instalaciones de alta confiabilidad, capaces de cumplir con objetivos específicos sin ninguna dilación: controlar y extinguir incendios, enfriar equipos e instalaciones, y en definitiva, salvaguardar vidas y bienes.
Por todo esto, en el diseño de los Sistemas contra Incendios no sólo debe determinarse con precisión la ubicación de los hidrantes o equipos de protección contra el fuego, sino también calcularse con sumo cuidado otros factores como la presión y caudal del agua, la simultaneidad de los equipos disponibles, el tiempo de reserva del agua, la ubicación de los tanques de agua, la planificación del tendido de cañerías para que queden al resguardo de las llamas, etc.
En este punto, vale destacar que el sistema de abastecimiento de agua se conforma por otros subsistemas. Uno de los más importantes es el encargado de la reposición del depósito utilizado como fuente de alimentación de agua de la red de incendios. Para eso, este subsistema cuenta con otros mecanismos: fuente de provisión de agua, sistema de impulsión primario y cañerías de transporte hasta el sistema de depósito o reserva del agua.
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