Sistemas contra incendios

Ciertamente, uno de los recursos más efectivos para la optimización de los sistemas contra incendios es conseguir que el fuego quede aislado, sobre todo cuando este se produce en espacios relativamente confinados, como por ejemplo en el interior de un edificio. Las características del recinto donde ocurra el incendio determinarán el desarrollo del mismo:

• Volumen del recinto. Cuanto más pequeño sea el espacio en el que se desate un incendio, más rápidamente se desarrollará el fuego, ya que el aire contenido se calentará con mayor velocidad y, con él, los combustibles disponibles en el interior del mismo.
• Altura del recinto. Cuanto menor sea la altura, más rápidamente se desarrollará el incendio, porque la concentración de gases combustibles en el humo será mayor y estos alcanzarán antes su temperatura de ignición. Cuando los gases contenidos en el humo arden, el fuego se propaga a gran velocidad a todo el recinto inundado por el humo, ya que los gases ardiendo propagan el fuego a otros combustibles alejados del foco original, incluso antes de afectar a combustibles más próximos al foco.
• Ventilación del recinto. En caso de haber suficiente aporte de aire, el incendio crecerá con rapidez, mientras que si el edificio es hermético, el oxígeno libre en la atmósfera interior disminuirá al combinarse con los combustibles durante el incendio, por lo que la intensidad del fuego decrecerá conforme disminuya el comburente.

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